El duelo más esperado de la primera fase, el que aglutinó más renombre en el terreno de juego, realzó el equilibrio entre dos candidatas, Brasil y Portugal, abocadas al empate para sellar su presencia en octavos de final sin necesidad de contemplar el otro duelo del grupo.
Brasil amarró el peso del partido desde el inicio, cuando se volcó sobre un rival aún con el pase en el aire. Una posibilidad impensable, dada la diferencia de goles respecto a la amenaza, Costa de Marfil.
Portugal se resguardó atrás, a la espera de recurrir a la velocidad de su ataque para poner a prueba a Julio César. En esto lideró la situación Cristiano Ronaldo, acompañado del atacante del Zenit San Petersburgo Danny y Fabio Coentrao.
La tensión se palpó. Sobre todo en el centro del campo. Cinco tarjetas amarillas antes del descanso delataron lo serio de la situación. La última para Felipe Melo, al que Dunga prefirió retirar para evitar situaciones innecesarias.
Luis Fabiano fue una amenaza constante para el meta Eduardo, que mantuvo el tipo cada momento. Un disparo y un cabezazo posterior, a centro del lateral Maicon, que salió cerca del palo, avisaron a Portugal.
Dos incursiones de Ronaldo cambiaron la cara al partido a la vuelta de vestuarios. Se sumó Simao, que entró por Duda, con un disparo que paró Julio César.
El meta del Inter Milán creció ante el acoso luso. Fue decisivo en la ocasión del partido. Una gran acción de Ronaldo, que tras deshacerse de Juan fue interceptado por Lucio. El rechace fue a parar a las botas de Raúl Meireles, que disparó en carrera hasta que una mano de Julio César abortó la acción.
El partido decayó del todo. El balón circuló y circuló por el centro del campo, sin destino claro, aletargado en el tiempo y delatado por los pitos de la grada. Solo se sobresaltó al final, con un disparo postrero de Ramires, desviado por Coentrao, que sacó con una mano Ricardo.
Fuente: Agencias
ALINEACIONES:
PORTUGAL: Eduardo, Ricardo Costa, Ricardo Carvalho, Bruno Alves, Pepe (Pedro Mendes min. 63), Duda (Simao min. 54), Tiago, R. Meireles (M. Veloso min. 84), F. Coentrao, Danny y C. Ronaldo
BRASIL: Julio César, Maicon, Lúcio, Juan, M. Bastos, Gilberto Silva, F. Melo (Josué min. 44), Dani Alves, J. Baptista (Ramires min. 82), Nilmar y Luis Fabiano (Grafite min. 85)
GOLES: Ninguno
RESUMEN:
Costa de Marfil logró sumar hoy su única victoria del Mundial, frente a Corea del Norte (0-3), un resultado que sólo le sirve para acabar tercera del grupo G, salvar la honrilla y acompañar a su rival, eliminado antes del inicio del partido, de vuelta a casa.
No habían pasado ni cinco minutos y Keita, Romaric y Boka ya había probado suerte ante la meta norcoreana, conscientes de que sólo una goleada colosal, acompañada de una victoria de Brasil sobre Portugal, podía obrar el milagro de meter a Costa de Marfil en los octavos de final.
La fortaleza mental y el orden táctico que los norcoreanos mostraron contra Brasil en su debut, se tambaleó al cuarto de hora, cuando el barcelonista Touré Yayá encontró la red tras recibir un pase en profundidad y entre líneas.
Al gol siguieron dos remates a cargo de Romaric y Drogba que escupieron los postes, el segundo de los cuales acabó en la cabeza de Romaric, el más activo de los marfileños, para hacer el segundo.
Tras el segundo tanto, Corea del Norte se descompuso y los hombres de Eriksson la dejaron escapar con vida tras veinticinco minutos de acoso estéril en el que incluso pudieron llevarse un susto si un libre directo botado por Yong Jo hubiese variado su trayectoria unos pocos centímetros.
Con 45 minutos por delante, la posibilidad de entrar en los cruces para Costa de Marfil era ya una auténtica quimera y los norcoreanos salieron de la caseta dispuestos a no permitir otro resultado de escándalo como el que encajaron frente a Portugal.
La pelota continuó en pies africanos y el campo seguía inclinado hacia la portería de Myong Guk, pero Corea del Norte retrasó su línea de cuarto centrocampistas hasta juntarla casi con sus cinco defensas, que comenzaron a anticiparse bien a los pases definitivos de los marfileños, cada vez más escasos de ideas.
Sólo cuando quedaban menos de diez minutos pudo Costa de Marfil batir de nuevo la meta norcoreana, esta vez por medio de Kalou, que había entrado en el campo por Keita.
Murió el partido entre las arremetidas marfileñas, creadas a base de pulmón, nunca de fútbol hilado, y con los coreanos tratando de salvar los muebles, pese a que con estos tres goles se llevan una docena de vuelta a su país, a cambio del único que le metieron a Brasil en la primera jornada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario