No pudo ser, el equipo de la aristocracia portuguesa se impuso con una superioridad aplastante a una escuadra de la clase media-alta lusa que, no obstante, ha cuajado una sorprendente campaña en este torneo. Si la primera parte sirvió para algo, además de para dar al Oporto merecida ventaja en el marcador, fue para que ambos equipos dejasen claras sus intenciones. Y es que, aunque los dos salieron al césped con un 4-3-3, su actitud no podía ser más diferente.
Los hombres dirigidos por André Villas-Boas controlaron la pelota durante casi todo el periodo, con el Braga encerrado en su mitad buscando el robo y balones largos para alguno de sus delanteros. Su única oportunidad llegó a los cuatro minutos de juego gracias a un azaroso cabezazo al área, sin objetivo claro, que habilitó a Custodio en el área después de que la defensa del Oporto saliese en bloque para activar el fuera de juego. El disparo del centrocampista bracarense golpeó el exterior de la red defendida por Helton.
El Oporto, por su parte, aprovechaba los primeros minutos en los que el Braga trataba de hallar su sitio en el campo para buscar la espalda de la zaga rival y percutir con Hulk por su banda derecha. En su segunda internada, el atacante brasileño se las arregló para dejar sentados a dos defensas y plantarse ante el meta Artur, pero su disparo con la zurda salió rozando el palo largo.
Habían pasado seis minutos de juego y el técnico del Braga, Domingos Paciencia, retrasó aún más a su equipo, encargando al delantero Paulo César tapar las subidas de Hulk.En una de esas ayudas, el improvisado defensa se hizo un nudo ante el colombiano Freddy Guarín, cuyo centro al área fue rematado impecablemente al fondo de las mallas por su compatriota Falcao, totalmente libre de marca en el punto de penalti.
No dio tiempo para más, el Oporto se fue al descanso con un marcador que reflejaba su absoluto dominio de la situación y el extraordinario momento de forma que disfruta el delantero colombiano, quien anotó su tanto número 17 en esta competición. Tal y como sucedió al comienzo del partido, el Braga volvió a gozar de la primera oportunidad de gol, ésta mucho más clara, a través de las botas de Mossoró, quien había sustituido a Hugo Viana, mientras Kaká lo hizo por Alberto Rodríguez.A los pocos segundos de la reanudación, Mossoró se encontró solo ante Helton. Con tiempo de sobra para elegir la mejor opción, el centrocampista cruzó por bajo la pelota y el meta brasileño taponó con la puntera de su pie lo que la grada ya cantaba como gol.Con media hora de juego por delante, Paciencia efectuó su último cambio y dio entrada al delantero camerunés Albert Meyong en sustitución del hoy un desaparecido Lima.Como con los anteriores relevos, se trataba simplemente de oxigenar con piernas frescas cada línea.
El dibujo táctico no se modificó sustancialmente, si bien el Braga había adelantado un poco sus posiciones para presionar más arriba y encontrarse más cerca de la portería rival. Tampoco le sirvió de nada, porque cuando el llamado "Arsenal del Miño", tenía la pelota no tenía ideas, ni fluidez, ni velocidad en la circulación del balón. Poco se pareció al dinámico equipo londinense que dirige Arséne Wenger, del que toma su nombre por los colores de su camiseta. No le dio opción el Oporto.
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